
Al momento de efectuar el anuncio, el gobierno no ha explicado por qué motivo, a pesar de que desde el mes de septiembre de 2014 rige el estado de emergencia pública en materia social por violencia de género, el mentado Observatorio se inaugurará un año después de la sanción de la ley.
Lo cierto es que nadie -mucho menos las mujeres- esperan grandes cosas de este nuevo organismo, que nace con un elevado nivel de politización, habida cuenta del perfil de algunos de sus integrantes.
A pesar de su potencial inutilidad, la Ministra de Derechos Humanos del gobierno provincial, señora Marianela Cansino, ha dicho que el Observatorio servirá para desarrollar «un sistema de información permanente que brinde insumos para el diseño, implementación y gestión de políticas públicas tendientes a la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres».
O sea que al tiempo que ha llevado su efectiva conformación, debe sumarse el tiempo que tarden los miembros del Observatorio en desarrollar ese sistema de información permanente, primero, y en elaborar los «insumos» para las políticas públicas, después.
Es posible que los salteños (y especialmente las salteñas) no vean los frutos de este Observatorio sino hasta después de 2020.