
Es sabido que la decoración de las oficinas de los intendentes municipales habla mucho de la personalidad de sus inquilinos y que los pequeños detalles, como los adornos que a primera vista parecen más intrascendentes o la disposición de los papeles sobre el escritorio, pueden dejar al descubierto una personalidad descuidada, dispersa y caótica.
En materia de fotografías instantáneas, quien por estos días no las tiene todas consigo es el Intendente urtubeysta de la localidad salteña de El Bordo, señor Juan Rosario Mazzone, también conocido como Míster Ciccio.
Si ayer un importante diario de Salta publicaba en su variopinta portada digital una foto suya en un ambiente lúdico y distentido, rodeado de estupendas bellezas incaicas, hoy otro diario digital de no menor importancia ha publicado la foto de Ciccio en su sitial de mandamás de El Bordo.
En ella puede verse al Intendente -por fin vestido- señalando la puerta con el dedo índice de su mano derecha, pero también se pueden apreciar algunos elementos de la decoración de su entorno laboral, que sugieren algunos interrogantes.
Es el caso, por ejemplo, de la toalla que aparece prolijamente doblada debajo de la pantalla de la computadora de Ciccio o de la caja de pañuelos descartables que el Intendente tiene a la derecha del monitor. Tal vez, con los calores que en esta época están haciendo en el Valle de Siancas, cada vez que Ciccio se pone al comando de la computadora empieza a sudar como testigo falso y necesita tener una toalla a mano, como los tenistas cuando van a levantar un break-point.
Pero lo que más llama la atención del decorado de la oficina del Intendente Municipal de El Bordo es el gigantesco aerosol de Raid que aparece a sus espaldas, ubicado justo entre dos pequeños bustos del General Perón y de su segunda esposa, la Jefa Espiritual de la Nación.
Cualquiera podría pensar que las cucarachas o los ácaros se han enseñoreado del despacho de Chicho, lo cual pone en seria duda la eficacia de la empresa que realiza las periódicas y reglamentarias fumigaciones en el lugar.
Allegados a la Intendencia, han aclarado sin embargo, que se trata en realidad de Cygonazo (un poderoso agente roedoricida de compleja composición química), que algún alma caritativa ha puesto al alcance del Intendente para que no se le acerquen los ratones.
Aunque las fotografías que ha publicado El Tribuno (y que han dado la vuelta al mundo) parecen desmentirlo, las mismas fuentes municipales de El Bordo sostienen que el Cygonazo de Chicho cumple eficazmente su misión, lo mismo que lo hacen la toalla y los pañuelos descartables (que permiten combatir el calor) o los bustos de Perón y la Santa Evita, que sirven para recordar a los funcionarios indecisos o proclives a incurrir en deslices que las oficinas municipales son lugares de intachable moral cristiana.