
Alfredo Olmedo -que de él se trata- aboga por un castigo ejemplar para el hombre que presuntamente dio a beber agua con cianuro a su novia y su pequeño hijo de dos años, ambos fallecidos.
«Deberían haberle dado un traguito de lo que él les dio», dijo sin vacilar el diputado, que en más de una ocasión se mostró partidario de aplicar en la Argentina la Ley del Talión o la Sharia islámica.
En un momento dado de la entrevista que concedió a un programa de televisión, el diputado Olmedo se mostró abiertamente partidario de la pena de muerte, aunque un poco más tarde matizó esta afirmación.
No está demás recordar que Olmedo, siendo diputado nacional, se pronunció a favor de la castración física no solo de los violadores sino también de los «acosadores de mujeres», una figura criminal que se encuentra prevista en el Código Penal argentino.
La estricta moral sexual del diputado salteño se puso a prueba hace algún tiempo cuando su mujer legítima lo agredió a las puertas de un hotel alojamiento para parejas a la que Olmedo había concurrido con compañía femenina.