El Arzobispo de Salta desiste de su idea de sacar las Imágenes a tomar aire el próximo día 15

  • La ‘peregrina’ idea de montar una Procesión VIP como sucedáneo de la multitudinaria manifestación religiosa de los días 15 de septiembre ha sido rápidamente abandonada por la jerarquía católica local.
  • Una peligrosa iniciativa abortada a tiempo

El Arzobispo de Salta, don Mario Antonio Cargnello, ha vuelto sobre sus pasos, y doblegado por la insistencia de su propia feligresía, ha decidido no sacar a pasear las Sagradas Imágenes por el «tontódromo», tal como había previsto y anunciado.


La idea era realmente extravagante y peligrosa, no solo porque suponía que los patronos tutelares iban a salir a la calle solo con la compañía de clérigos de alto gorro y de un selecto grupo de «notables», sino también porque la convocatoria pública a una procesión íntima iba a lanzar a la calle a decenas de miles de personas que en su intento de acercarse a la Plaza iban a protagonizar tumultos y aglomeraciones que pueden multiplicar los contagios rápidamente.

No solo no estaba garantizada la seguridad sanitaria, sino que tampoco estaba garantizada la seguridad en ningún sentido. La actual situación epidemiológica ha dejado a la Policía provincial tocada y sus efectivos, como cualesquiera otros seres humanos, prefieren quedarse en su casa que andar refregándose en el centro con curiosos y desobedientes.

Buena parte de la «perrada» había decidido -antes de que el Arzobispo retrocediera- no asistir al acontecimiento. A la cabeza de estas negativas, el propio Gobernador de la Provincia Gustavo Sáenz.

Aún antes que él se había negado la intendenta Romero y después lo hizo el vicegobernador Marocco, con lo cual Cargnello solo tenía asegurada la compañía del presidente de la Cámara de Diputados, Esteban Amat Lacroix, capaz de salir a la calle aunque se haya producido un holocausto nuclear.

El anuncio procesional del Arzobispo motivó las virulentas reacciones de sectores católicos de la sociedad. En medio de mensajes de fraternidad y de amor, como los que suele enviar Cargnello en estas fechas, las avispas de Cristo salieron a picotearle con una ferocidad pocas veces vista.

Las Imágenes saludarán en el atrio

Sea por la indiferencia y el desprecio gubernamental o por la venenosa maldad de la feligresía, la derrota de Cargnello fue bastante sonora.

Pero la desautorización general no ha impedido que los fundamentalistas vuelvan a la carga y propongan ahora «sacar las imágenes hasta el atrio del templo», porque de esta forma -dicen- se podrá cumplir con la renovación del Pacto de Fidelidad.

Lo que no calculan los «pactistas» es que el solo anuncio de que las Sagradas Imágenes van a ser colocadas en la puerta de la Catedral puede hacer que una marea humana intente acercarse con el solo propósito de verlas o de saludarlas con pañuelos blancos embebidos en caldo vírico.

En tales circunstancias, la aglomeración de gente será inevitable, ya sea en la propia Catedral (si es que la Policía lo permite) o en las calles aledañas, en caso de que la Policía quiera establecer algunos de sus «retenes».

Fuentes cercanas al Palacio Episcopal cuentan que hasta último momento estuvieron invitando gente a los actos privados de recogimiento religioso. Se comenta que tanta era la euforia de un alto cargo de la Iglesia que insistió para que acudiera al templo un señor que acababa de ser padre, al que le dijo: “Vente, hermano. Te esperamos”. El hombre le respondió: “No puedo padrecito; mi mujer está con un bebé de días”. A lo que el sacerdote repuso: “No importa, traételo a Díaz también”.

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Probablemente lo que Cargnello no sepa es que instalando una sencilla aplicación en los teléfonos móviles de clérigos y feligreses, estos pueden tranquilamente renovar el Pacto de Fidelidad on line, previo escaneado de un código QR.

Lo que el Arzobispo no quiere revelar a sus fieles (una especie de cuarto secreto de Fátima) es que el alma del padre Carrión se le apareció las otras noches entre las dudosas sombras del Palacio Episcopal para revelarle a su siervo que las tribulaciones no cesarían hasta que instalase una aplicación en su smartphone.

Se cuenta que Carrión se dirigió a Cargnello en estos términos: «Mario, me dice Jesús por Whatsapp que lo mejor es que no arriesgues y que renueves el Pacto de Fidelidad por teléfono. Y que para eso le pidas prestada la firma digital al doctor Catalano, que es tan versátil. Eso de sacarlo a la calle -según Jesús- ya está un poco demodé».

«¿Significa esto traicionar el Milagro?» «¿No me convertiré yo también en ese hijo ingrato que no ha sabido lo que ha hecho al despreciar a su Dios y redentor?», le preguntó Cargnello al alma errante de Carrión.

Pero cuando estas preguntas le fueron formuladas el volátil espíritu del privilegiado interlocutor de Cristo empezó a esfumarse y se confundió rápidamente con el mobiliario episcopal.