El Papa Francisco abre la Puerta Santa como inicio del Jubileo de la Misericordia

El Papa Francisco abrió hoy, martes 8 de diciembre y Fiesta de la Inmaculada Concepción, la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro del Vaticano e inauguró así el Jubileo Extraordinario de la Misericordia que finalizará el próximo 20 de noviembre de 2016.

Su Santidad cruzó la puerta de la Basílica de San Pedro a las 11.10 hora local, en un acto multitudinario y rodeado de fuertes medidas de seguridad.

Más de 50.000 fieles de todo el mundo acudieron al Vaticano para vivir una jornada histórica, la inauguración de un Año Santo que no sucedía desde el 2000. En la plaza vaticana también estuvieron el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, el Ministro del Interior, Angelino Alfano, y el delegado del Gobierno en Roma, Franco Gabrielli, entre otras muchas personalidades políticas.

La ceremonia, que duró cerca de dos horas, comenzó a las 9.30 hora local hasta que Francisco cruzó el umbral para concluir su camino frente a la tumba del Apóstol San Pedro.

El papa Francisco cruzó la Puerta Santa a las 11.10, pero antes pronunció un discurso en el que afirmó que este Jubileo Extraordinario «será un año para crecer en la convicción de la misericordia. Entrar por la Puerta significa descubrir la profundidad de la misericordia del Padre que acoge a todos y sale personalmente al encuentro de cada uno. (...) Será un año para crecer en la convicción de la misericordia», dijo. «Debemos anteponer la misericordia al juicio y, en todo caso, el juicio de Dios será siempre a la luz de su misericordia. Atravesar la Puerta Santa, por lo tanto, nos hace sentir partícipes de este misterio de amor».

El Pontífice hizo hoy referencia a la clausura del Concilio Vaticano II que dijo, supuso «un verdadero encuentro entre la Iglesia y los hombres. Un encuentro marcado por el poder del espíritu que empujaba a la Iglesia a salir de los escollos que durante muchos años la habían recluido en sí misma, para retomar con entusiasmo el camino misionero.»

Y después el papa Francisco se acercó solo y lentamente a la Puerta Santa, la abrió, cruzó el umbral y permaneció inmóvil durante unos minutos, meditando y rezando, en un acto que sirvió para dar inicio al cuarto Jubileo Extraordinario de la Iglesia Católica. Tras él, la primera persona en atravesar la Puerta Santa fue Benedicto XVI y, luego lo hicieron el resto de cardenales, obispos, religiosos y laicos que asistieron a la celebración.

La procesión concluyó en el altar mayor, que se eleva sobre la tumba del Apóstol San Pedro, el primer papa de la historia de la Iglesia Católica.

El evento estuvo rodeado de un fuerte dispositivo de seguridad, pues además de los controles para acceder a la plaza, 2.000 policías patrullaron la zona, se instalaron 1.000 cámaras de vigilancia, mientras que helicópteros de la aeronáutica italiana sobrevolaron el espacio aéreo del Vaticano y también de Roma.