
Cuando una persona se refiere a una parcialidad política, lo correcto es utilizar la palabra «bandería», que, según el Diccionario significa «bando»; esto es, una facción, un partido, una parcialidad.
La palabra «bandera», por el contrario, se debe emplear y usualmente se emplea para llamar a la «tela de forma comúnmente rectangular, que se asegura por uno de sus lados a un asta o a una driza y se emplea como enseña o señal de una nación, una ciudad o una institución».
Bandera y bandería son, pues, realidades bastante diferentes. Los sustantivos que los designan tienen orígenes igualmente diferentes, pues «bandera» deriva de «banda» y «bandería» proviene de «bando»
Así, mientras las «banderías» políticas (los «bandos» o «facciones») pueden llegar a ser innumerables, el número de «banderas», por muy amplio que sea, siempre es limitado. El límite está constituido por el número -generalmente estable- de naciones, ciudades o instituciones.
Como distintivo de un territorio, las «banderas» -salvo excepciones- abarcan y comprenden a todos los que viven en ese territorio, cualquiera sea el «bando» o la «bandería» política a la que pertenezca (si es que pertenece a alguna).
Desde luego, «banderías» y «banderas» no son términos intercambiables. El uso preciso de una o de otra palabra contribuye a clarificar la comunicación, a hacerla más pura y comprensible.
Su confusión, en cambio, la entorpece hasta volverla imposible.