La participación de los representantes del Partido Obrero de Salta en la ronda de diálogo político convocada por Urtubey ha durado lo que un caramelo en la puerta de un jardín de infantes.
Según la información oficial -que coincide con el anuncio previo de Claudio Del Pla- el Partido Obrero, en vez de sentarse a dialogar, prefirió entregar a Urtubey un papel escrito, que el mandatario recibió con agrado.
Oficiaron de chasquis en esta ocasión la senadora Gabriela Cerrano y el diputado Julio Quintana, a quienes se puede ver en las tres fotografías que ha publicado el gobierno de Salta en su página web oficial.
El detalle curioso de estas fotografías es que en las tres el diputado Quintana aparece de pie, como si estuviera presto a largarse del lugar en cualquier momento. «Dale, Gaby. Entregá el papel y vamos, que se nos enfría el mate cocido», parece decir el apurado legislador.
O a Urtubey le ha fallado el protocolo y no ha invitado al espigado diputado a tomar asiento, o es que al legislador le ha parecido un gesto imperdonablemente capitalista arrellanarse en los sillones del poder.
Aquí parece que ha fallado la logística del Ministerio de Gobierno, pues sabiendo de antemano que Quintana iba a acompañar a la tímida Cerrano, en vez de ese mullido sofá colo té con leche, debió haberse colocado una silla con clavos de punta para que el diputado se sintiera un poco más a gusto con el entorno.
La experiencia puso como loco de contento a Urtubey, quien en la próxima reunión que toque -sea de diálogo político o de lo que fuera- tiene previsto recibir a sus invitados de pie. Piensa el mandatario salteño que si los trotskistas, con lo fashion que son, se niegan a sentarse, ese debe de ser el último grito de la moda en esta materia.
