Baño de masas del intendente Isa durante la celebración del Día del Periodista en Salta

«Con ustedes me siento un compañero más de trabajo». Con este fraternal saludo, el Intendente de la ciudad de Salta, Miguel Ángel Isa, dio la bienvenida a los más de 300 periodistas que, bajo el festivo paraguas municipal, se dieron cita la noche del pasado sábado, víspera de la jornada del Día del Periodista.

Según el aparato oficial de comunicación de la Intendencia, la fiesta comenzó pasadas las 22 horas y no solo estuvo destinada a agasajar a los periodistas que festejaban su día si no también a los «trabajadores de los medios», que al parecer carecen de una fecha magna que los haga merecedores del favor municipal.

Sin distinguir entre unos y otros, el Intendente agasajó a todos los presentes con un brindis y «grandes shows», continuando con la línea de despliegue festivo que todos los sábados realiza la Municipalidad en los barrios periféricos, a donde con la excusa de tramitar habilitaciones comerciales y solucionar problemas de «los vecinos», se llevan a cabo unos jolgorios dignos del mejor carnaval.

En su discurso, el Intendente agradeció a los periodistas, pero también a los trabajadores de los medios, «la inmensa tarea que realizan informando y siendo el medio entre la gente y el gobierno».

La frase, celebrada con superficial gozo por los periodistas presentes, ha dejado sin embargo preocupados a otros colectivos, que son los que entienden que la función de intermediación política deben cumplirla los partidos políticos y no los periodistas que trabajan en los medios de comunicación.

Pero, en fin, el discurso del Intendente no se detuvo por este pequeño lapsus y continuó hasta el punto de poner en letras mayúsculas la alegría municipal porque los periodistas «no solo informan sobre política sino también sobre los problemas de nuestros vecinos, y esa es una tarea importantísima».

No faltó, por supuesto, quien comentara en voz baja el carácter inútil de la distinción, pues -salvo que vivamos regidos por un totalitarismo y no nos demos cuenta- informar sobre los problemas de los vecinos es informar sobre política, y viceversa.

Finalmente, los periodistas (y trabajadores de los medios) accedieron a un sorteo de diversos obsequios (entre ellos el de una bicicleta para seguir fortaleciendo las piernas) y disfrutaron de un show de magia, pero no a cargo del Intendente, cuyas habilidades taumatúrgicas superan a la de cualquier mago de barrio.