
América Latina se ha convertido en el nuevo foco de la pandemia del coronavirus. Las cifras son alarmantes y cada día van en aumento.
En la Argentina se espera el pico del coronavirus para finales del mes de junio y las cifras de muertos y contagiados siguen creciendo.
Salta suma ya veinte contagiados y las cifras pueden aumentar.
Al aislamiento social obligatorio se suman ciertas reglas de comportamiento y seguridad fundamentales para evitar la propagación del virus y una de las más importantes, según la Organización Mundial de la Salud, es el distanciamiento de seguridad.
"Mantener al menos un metro de distancia entre usted y los demás. Esto es especialmente importante si está al lado de alguien que esté tosiendo o estornudando. Dado que es posible que algunas personas infectadas aún no presenten síntomas o que sus síntomas sean leves, conviene que mantenga una distancia física con todas las personas si se encuentra en una zona donde circule el virus de la COVID-19", recomienda la OMS.
Cuando alguien con una enfermedad respiratoria, como la infección por el 2019-nCoV, tose o estornuda, proyecta pequeñas gotículas que contienen el virus. Si está demasiado cerca, puede inhalar el virus.
El gobernador Sáenz ha apelado una y otra vez, a la "libertad responsable". Su gobierno ha cargado contra todos aquellos que supuestamente no cumplen con las reglas.
¿Cómo exigir a los ciudadanos el uso de mascarilla y la distancia de seguridad si la propia intendenta Romero se prodiga en abrazos, fotos todos apretados y contacto físico estrecho con la gente?
No solo se pone ella en riesgo. Pone en riesgo la salud de las personas con las que mantiene un contacto estrecho, a su familia y a los trabajadores municipales.
Parece que a la señora Romero le falta leer e informarse un poco más sobre cómo funciona el contagio.
La demagogia y los actos populistas no encajan bien con la seguridad y la salud durante una pandemia.