Urtubey, el exgobernador que rebota de cuarentena en cuarentena

  • Juan Manuel Urtubey no gana para sustos. La medida adoptada hoy por el gobierno de Salta lo condena al tercer confinamiento al hilo en menos de siete meses.
  • Nace un experto internacional en la materia

Tras abandonar el cargo que ejerció durante doce años seguidos, al exgobernador de Salta las cosas no le han salido demasiado bien que digamos.


Primero fue su anuncio de irse a Sevilla como profesor de una universidad que por activa y por pasiva negó haberlo contratado para dar ninguna clase.

El escándalo que sobrevino a la aclaración de la universidad andaluza obligó a Urtubey a volver a la Argentina para intentar restañar su imagen, pero sus razones fueron pocos convincentes y debió volver a Europa.

A pocas semanas del regreso, el gobierno español declaró (por segunda vez en toda la historia) el estado de alarma, que obligó al confinamiento a 46 millones de personas. Entre ellas, y casi por casualidad, Urtubey, su esposa y su pequeña hija, que se tuvieron que aguantar 43 días viendo las calles vacías desde las ventanas, sin apenas poder salir a la calle.

Si bien el estado de alarma duró 99 días (entre el 15 de marzo y el 22 de junio), Urtubey levantó sus petates de Madrid y regresó a la Argentina como «repatriado», condición que le aseguraba a él, a su esposa y a su hija, una segunda cuarentena en Buenos Aires, con dos etapas bien diferenciadas. La primera (dura) de una duración aproximada de 14 días, y la segunda, un poco menos rígida pero más prolongada.

Cansado de tantos encierros, el exgobernador decidió instalarse finalmente en su casa de San Lorenzo, con la esperanza de que en la Provincia de Salta, en donde ya se habían flexibilizado las medidas iniciales, pudiera llevar una vida normal.

Todo, hasta que llegó el 19 de septiembre y el gobierno de su sucesor Gustavo Sáenz decidió volver a la fase inicial del aislamiento y condenó a Urtubey a la tercera cuarentena.

Así las cosas, la próxima vez que el exgobernador de Salta visite la ciudad de Sevilla, en lugar de discursear sobre mediación y métodos extrajudiciales de composición de conflictos, podrá hablar en primera persona de su experiencia como acuarentenado VIP bajo tres potestades diferentes.