Indignación en el Congreso de los Diputados español por el ‘acto de campaña’ de Alberto Fernández

  • El diario El Mundo publica hoy los entretelones del ‘engaño’ del grupo parlamentario de Podemos a la Mesa del Congreso respecto a lo que en principio estaba anunciado como una ‘conferencia’, sin tema ni expositores confirmados, y que más tarde se convirtió en un descarado acto de la campaña proselitista del candidato a Presidente de la Argentina por el kirchnerismo, Alberto Fernández.
  • Un exceso que se puede pagar caro

Vaya por delante que en España no es habitual que las instituciones del Estado y sus espacios más solemnes sean utilizados como escenario de la campañas proselitistas de nadie; mucho menos de los líderes extranjeros y mucho menos todavía a un mes y medio de que se celebren elecciones.


En su informe, el diario El Mundo dice que «la Sala Constitucional del Congreso de los Diputados, la más solemne y con más pompa de cuantas hay, se convirtió el pasado jueves de manera sorprendente en el escenario de un acto de campaña electoral del candidato peronista a la Presidencia de Argentina, Alberto Fernández».

Según este diario, en dicho acto de campaña «hubo todos los ingredientes que se esperan: público, cánticos, vítores, pancartas y, sobre todo, la oportunidad de dar una charla de 50 minutos. Todo bajo el paraguas del Congreso».

Esta situación, que El Mundo no vacila en calificar de «anómala», fue propiciada por Unidas Podemos, que fue el grupo parlamentario que se encargó de brindarle al candidato kirchnerista Alberto Fernández la oportunidad de montar un acto de campaña en uno de los recintos más neutrales de la democracia española, «solicitando el espacio con la excusa de una conferencia».

Dice el diario español que «el problema es que, según recalcan varias fuentes parlamentarias consultadas, la formación de Pablo Iglesias (Unidas Podemos) ocultó en todo momento que el ponente que iba a intervenir era el candidato del Frente para Todos, que cuenta como número dos con la ex presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, inmerso en un proceso electoral».

Es necesario aclarar en este punto que tanto Iglesias como Unidas Podemos, y algún otro dirigente de esta formación política que celebró la presencia de Fernández en el Congreso de los Diputados de España, son también decididos partidarios y valedores de Nicolás Maduro y del gobierno dictatorial que este preside en Venezuela.

Y se ha de aclarar también que el Partido Socialista Obrero Español, que actualmente gobierna y agrupa a más del 80 por cien de la izquierda en este país ha condenado sin reservas al gobierno de Maduro (lo han hecho Sánchez, Borrell, Felipe González o Adolfo Guerra, con la sola probable excepción de José Luis Rodríguez Zapatero).

Ni Iglesias, ni Errejón, ni Monedero -hasta hace poco las tres cabezas visibles de Podemos- han condenado nunca al régimen venezolano y, al contrario, han votado en contra, tanto en las instituciones españolas como en las europeas, de cuanta iniciativa en defensa de las libertades de los ciudadanos venezolanos se haya propuesto formalmente.

Con tales antecedentes, el pasado día martes 3 de septiembre, la vicepresidenta primera del Congreso español, señora Gloria Elizo, de Podemos, llevó a la reunión de la Mesa una petición para celebrar dos días después una conferencia en la Sala Constitucional, sin especificar los ponentes. Según El Mundo, el escrito presentado por Podemos tan solo solicitaba «permiso» para «celebrar una jornada sobre Nuevos horizontes económicos en América Latina y Europa». El mismo escrito anunciaba también que «dicha jornada será abierta al público, medios de comunicación y a representantes de otros grupos parlamentarios».

Dice El Mundo que la escueta comunicación y sus términos abiertos «no dio pie a nadie a sospechar».

La sorpresa para los miembros del Congreso fue -añade el periódico español- comprobar que quien apareció allí a la hora fijada fue el candidato peronista Alberto Fernández «con una corte de seguidores que lo jaleó con cánticos y pancartas». Entre los presentes, como unos seguidores más, los dos representantes de Unidas Podemos en la Mesa, tanto Elizo como el izquierdista tucumano Gerardo Pisarello, que actuaron de anfitriones. Lo mismo que otros diputados morados, el jefe de gabinete de Pablo Iglesias, Pablo Gentili, o el cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero.

‘Engañados’

Dice El Mundo que el malestar en otros partidos es fuerte por sentirse «engañados».

Tanto, que el PP y Ciudadanos han anunciado que van a presentar una queja formal para que no vuelva a ocurrir una situación similar. Fuentes parlamentarias recuerdan que ya vetaron una vez una situación parecida con otro candidato afín de Podemos a las puertas de un proceso electoral, por lo que consideran que ha existido una intencionalidad clara en ocultar la presencia de Fernández para impedir que éste fuera inadmitido por la Mesa del Congreso.

Es decir, que muy al contrario de lo que se ha publicado estos días en los medios argentinos, el candidato Fernández no ha sido recibido «por todo lo alto» en el Congreso de los Diputados español, sino que ha sido más bien «introducido» casi de contrabando por Unidas Podemos y arropado solo por alguno de ellos.

Dice El Mundo que «el contraste es que a espaldas de la Cámara, Podemos promocionaba la charla con un cartel en el que anunciaba la «conferencia magistral» de Fernández -foto incluida- y en el que colocaba el emblema oficial del Congreso. 'Hoy el Congreso de los Diputados de España recibe al próximo Presidente de Argentina', decía Monedero al difundirlo, dándole alas de oficilidad a su presencia».

Sin embargo, ni la presencia de Fernández en España ha tenido carácter oficial alguno, ni del acto proselitista irregularmente llevado a cabo en el Congreso se puede deducir un apoyo institucional o político de España o de sus principales autoridades a su candidatura, como se ha dicho estos días en la Argentina.

Lo cierto es que la invitación a los demás grupos parlamentarios del Congreso español para asistir a la «conferencia» de Fernández no pasó por los cauces habituales. «Ni figuraba en el orden del día», han criticado fuentes de Cs, que al mismo tiempo han alertado de que Podemos «instrumentaliza la casa de todos los españoles» para influir en un proceso electoral.

Desde el PP, el grupo liderado por Cayetana Álvarez de Toledo (una política española con nacionalidad argentina), tiene a sus servicios jurídicos estudiando la «fórmula más rotunda» para expresar su queja a la Mesa, para que se tomen medidas contra Podemos y nunca alguien vuelva a montar un «acto de campaña» en el Congreso.

Con su actitud, Alberto Fernández demuestra que no conoce casi nada sobre el funcionamiento de la democracia de uno de los países más afines a la Argentina. De haber estado suficientemente informado, el primero en negarse a ocupar la Sala Constitucional del Congreso en tales circunstancias debiera haber sido el propio Fernández, obligado como ninguno a mostrar respeto por el lugar que visita.

Sin embargo, llevado por la certeza de que todos los rincones institucionales son o deben ser «peronistas», independientemente del lugar del mundo en que se hallen y de la cultura política del lugar, Fernández ha cometido un grave error que probablemente le pase factura en las próximas elecciones.