Presos de Jujuy y Salta se enfrentan en un partido de rugby disputado ante los jueces de la Corte de Justicia

  • Por un momento, el vocablo ‘penal’ ha tenido un significado diferente para los supremos jueces de la Corte de Justicia de Salta.
  • Reclusos tras la ovalada

Ocurrió durante el partido de rugby disputado en el estadio Martearena de la ciudad de Salta, que enfrentó a dos equipos de presos de las cárceles de Salta y Jujuy, y que fue disputado en presencia de los jueces Guillermo Catalano y Teresa Ovejero Cornejo, ambos integrantes de la Corte de Justicia de Salta.


El cotejo tuvo por contendientes al equipo salteño de Los Infernales (no confundir con el regimiento militar homónimo) y Los 300 del Norte equipo jujeño. Ambas formaciones se disputaron la Copa Integración 2019.

Al final, el partido terminó en empate, pero -según el Poder Judicial de Salta- «pero permitió poner en el césped del Martearena el trabajo que viene haciéndose, promoviendo la integración, socialización y acompañamiento de las personas privadas de la libertad a través del rugby, la educación y el trabajo».

A la vista de estos objetivos tan trascendentes, los entrenadores de los equipos dijeron que el resultado del partido es lo de menos: «Hay un solo resultado importante. El mensaje que queda grabado en la mente de los protagonistas, y es que a través de la preparación, el entrenamiento, el respeto y la disciplina se logran objetivos. El deporte, en este caso el rugby, es la herramienta que tenemos para transmitir estos valores y nuestro único objetivo es que los reclusos los adquieran, para que al salir en libertad, estén mejor preparados para segundas oportunidades».

El portavoz de prensa del Poder Judicial de Salta recuerda que el año pasado la Corte de Justicia firmó un convenio con una fundación privada para desarrollar un proyecto de integración, educación, socialización y acompañamiento, como instrumentos para favorecer mejores condiciones de detención, educación y futura inclusión social.

Según la información oficial, para integrar el equipo y poder jugar partidos fuera de los muros del penal, los internos deben realizar antes actividades culturales, educativas y respetar las pautas de conducta del establecimiento carcelario.

La fundación en cuestión trabaja con 649 voluntarios que orientan a más de tres mil jugadores presos en diferentes cárceles de 19 provincias argentinas. El objetivo de este trabajo es el de bajar la tasa de reincidencia delictiva.