
El juez salteño, señor Marcelo Rubio, integrante de la Sala V del Tribunal de Juicio de la ciudad de Salta, ha condenado a un hombre a la pena de diez años y siete meses de prisión efectiva, tras hallarlo culpable de un delito de abuso sexual gravemente ultrajante, doblemente agravado por el vínculo y la convivencia, y otro de abuso sexual con acceso carnal, agravado por las mismas circunstancias.
El agresor, de 33 años de edad, ingresará en la prisión local, según lo ha dispuesto en la misma sentencia el señor Rubio.
La denuncia que puso en marcha la persecución penal fue formulada por la madre de la víctima, una niña de 12 años. La menor contó que su padre abusaba de ella desde el 2015.
Según el portavoz judicial de prensa, la víctima le contó a su madre que su padre comenzó sometiéndola a tocamientos impúdicos, pero que la noche del 6 de agosto de 2016, en ocasión que la madre había salido con una amiga, el hombre violó a su hija mientras esta dormía.
La menor dijo entonces a su madre que no le había contado antes lo ocurrido porque temía que ella no le creyera y que su padre les pegara a las dos.