Ocho delitos en solo dos juicios penales sentenciados hoy en Salta

Según el informe de Estadísticas Criminales 2015 elaborado por el Ministerio de Seguridad de la Nación, la Provincia de Salta es una en las que más ha crecido el delito en los últimos seis años.

Aunque al gobierno provincial presidido por Juan Manuel Urtubey no se le ha movido una ceja por estas cifras, algo de cierto debe de haber, desde el momento en que la Corte de Justicia de Salta, en ejercicio de su potestad de iniciativa legislativa, ha anunciado hoy mismo que planea crear nuevos juzgados de garantías, para hacer frente al aumento de causas judiciales.

Sin ir más lejos, hoy dos jueces del Tribunal de Juicio de Salta (Roberto Faustino Lezcano y Héctor Guillermo Alavila) han pronunciado sentencia en dos procesos independientes y condenado a dos jóvenes, uno de 25 y otro de 26 años, a penas que suman casi diecinueve años de prisión por una catarata de delitos: privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de violencia (1), amenazas (2), lesiones (3), daños (4), robo (5), robo con arma (6), exhibiciones obscenas (7) y abuso sexual simple (8).

Los dos mayoristas del delito son los ciudadanos Raúl Maximiliano Carrasco (26) y José Miguel Ledesma (25). Al primero le ha correspondido una pena de diez años y medio de cárcel, mientras que al segundo, declarado reincidente, el juez lo ha sentenciado a nueve años, al unificar la pena de los últimos delitos cometidos con un «saldo» que arrastraba con anterioridad.

Carrasco, bebedor 'reconocido'

Además de la pena impuesta, que ya es importante, el juez Lezcano ha ordenado que Carrasco sea trasladado a la cárcel de Villa Las Rosas, no sin antes recomendar que realice tratamiento psicoterapéutico, dada la naturaleza de los hechos por los que resultó condenado.

El reo deberá también someterse a tratamiento por lo que el juez considera su «reconocida» adicción a las bebidas alcohólicas y a sustancias tóxicas. Tratándose de un bebedor y un toxicómano reconocido, no es aventurado pensar que el Ministerio de Cultura le otorgue algún subsidio.

El juez Lezcano también ofició al Servicio de Asistencia a la Víctima (SAVIC) para que, de ser necesario, se le brinde asistencia psicológica a la denunciante.

Pero como no todo es rigor y dureza, Lezcano absolvió a los también acusados Raúl Maximiliano Carrasco, Roy Alberto Arroyo y Eric Alberto Cruz de los delitos de lesiones y robo en despoblado y en banda, en concurso ideal, por no mediar acusación fiscal.

Carrasco fue condenado por un hecho ocurrido el 21 de diciembre de 2014. Fue denunciado por su expareja, a quien -según el portavoz de prensa del Poder Judicial- llevó por la fuerza hasta una pieza abandonada en una finca de Chicoana, lesionándola y golpeándola.

El condenado mantuvo a la denunciante privada de su libertad bajo amenazas y aprovechó el encierro para abusar sexualmente de ella. Previamente, Carrasco había roto la luneta del auto en el que se encontraba la mujer con su nueva pareja y había golpeado al conductor con un palo, dejándolo inconsciente. Antes de irse llevando por la fuerza a la denunciante, sustrajo varios elementos del vehículo.

Ledesma, el reincidente salaz

El juez Héctor Guillermo Alavila se ocupó de atender a José Miguel Ledesma (25) a quien halló responsable de los delitos de robo con arma cuya (aptitud para el disparo no pudo ser acreditada), exhibiciones obscenas agravadas por la edad de la víctima, abuso sexual simple agravado por el uso de arma y amenazas con arma. Además, le ha prohibido acercarse a los denunciantes y a sus familiares, una vez que recupere la libertad. Todo ello, mejorando hacia la tarde.

El juez ha declarado a Ledesma reincidente por primera vez y unificado la condena con una anterior de cinco años de prisión impuesta por la Sala IV del Tribunal de Juicio en la pena única de nueve años de prisión. Después de hacerle precio, Alavila ordenó que Ledesma continúe privado de su libertad en la Unidad Carcelaria 1 y recomendó al Servicio Penitenciario de la Provincia incluir a Ledesma en un «programa terapéutico». Fuentes cercanas al juzgado indican que el condenado preguntó si podría ser «Bailando por un sueño», pero le fue negada esta posibilidad.

La primera denuncia contra Ledesma fue presentada por una vecina del barrio Sanidad, en representación de su hija menor de edad (16). La mujer contó que el 7 de julio de 2014, el condenado interceptó a su hija en un descampado del barrio, trató de someterla a tocamientos impúdicos y se bajó los pantalones exhibiéndole sus partes íntimas de él.

La segunda denuncia fue presentada por otra vecina, en representación de su hermana menor de edad (17). La mujer relató que el 17 de julio de 2014, alrededor de las 13, ambas caminaban por el descampado ubicado entre Solidaridad y Sanidad cuando se les apareció don Ledesma de atrás, tocando impúdicamente a la adolescente. Ante la indignación de las mujeres, el agresor sacó un cuchillo tipo sierrita (un vulgar Tramontina) y se lo colocó en el cuello a la denunciante quien, tras forcejear, logró liberarse y huir.

Un tercer hecho fue denunciado por otra vecina, el 24 de julio de 2014. La mujer narró que esa mañana, mientras cruzaba el descampado ubicado entre Solidaridad y Sanidad (terreno favorito de ataque de Ledesma) empujando el cochecito de su bebé, la interceptó el imputado apuntándole con un arma. Le dijo que le diera todo lo que llevaba y que se escondiera detrás de las malezas y que se bajara los pantalones. La denunciante le entregó el monedero y el celular y le pidió que no le hiciera nada. La mujer contó que Ledesma anotó en un papel su dirección y le dijo que a la tarde iba a pasar por su casa. No sabemos si esta visita se concretó finalmente.

De todo lo anterior se deduce que en julio de 2014 el condenado Ledesma se encontraba un tanto alterado, digamos, fuera de control.

Fuente: Poder Judicial de Salta