Prisión preventiva y 'selectiva' en el caso de la corrupción del Juzgado Federal de Orán

El Juez Federal subrogante de Salta, Julio Leonardo Bavio, es el autor material e intelectual de una resolución judicial de 626 folios; algo así como la mitad de Guerra y paz, la novela de Tolstói, famosa por su extensión.

La creencia en que el mayor número de páginas vuelve a una resolución judicial más justa se ha convertido en una especie de religión en el ámbito de la Justicia Federal de Salta. Especialmente en los asuntos de naturaleza penal, un terreno de ensayo en donde la precisión del lenguaje ha sido sustituida por un cúmulo de ideas o expresiones confusas, inconexas o superfluas, y la necesaria concisión por la absoluta falta de economía a la hora de expresar un concepto con exactitud.

Las resoluciones judiciales extensas (sin motivo que las justifique) constituyen un obstáculo mayor para el ejercicio del derecho de defensa y, desde este punto de vista, lejos de reportar para su autor una fama como la de Tolstói, solo sirven para degradar la función jurisdiccional y sustraer autoridad a quienes la han redactado.

El procesamiento express del Juez Federal de Orán, Raúl Reynoso, por graves delitos (los más graves que puede cometer un juez en ejercicio de sus funciones), ha sido acompañada de su prisión preventiva. La única decretada a los ocho imputados que han sido objeto de procesamiento.

Justificada o no, lo cierto es que esta medida revela el criterio selectivo inadmisible de los fiscales de la causa. Según fuentes cercanas a la investigación judicial, el fiscal federal Eduardo Villalba posee evidencias incriminatorias concluyentes contra otras seis personas, dos de las cuales son dos ex gendarmes. Resulta cuanto menos sospechoso que estas personas no figuren entre los procesados por el juez Bavio.

Otro detalle curioso es que la investigación abierta contra el actual Juez Federal de Orán no ha sido conectada con el caso del destituido exjuez del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Salta, José Antonio Solá Torino, teniendo en cuenta la existencia de al menos dos elementos comunes: el de José Miguel Farfán, condenado por narcotráfico, y el de René Gómez, abogado de este último.