
El Gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, y sus ministros han participado hoy en un acto para "celebrar" el primer año de gobierno pero, seguramente envalentonatados por la bajada de las cifras de contagios y muertos por coronavirus, han relajado las medidas de seguridad.
Tras meses de hablar de una "libertad responsable", de pedir a los ciudadanos cumplir con las medidas de seguridad, el propio Gobernador se ha relajado. Se trata de una gesto desacertado y que invita de una forma velada a que la ciudadanía también relaje los cuidados y se olvide de las precauciones.
A Gustavo Sáenz le toca ahora hacer un mea culpa y admitir que es una actitud equivocada y un muy mal ejemplo.
Las reglas básicas de usar mascarilla, lavarse las manos con agua y jabón y mantener la distancia de seguridad son lo mínimo que se puede hacer para luchar contra el coronavirus y, si las personas que integran el gobierno no las cumplen, difícil lo va a tener para hacer cumplir en el largo y peligroso verano que tiene por delante.
Ya se ha visto en el hemisferio norte que el relajamiento estival es la puerta de entrada a una segunda ola mucho más peligrosa y dañina que la primera. Las cifras de muertos y contagiados no deja de crecer y, ante los signos de cansancio de los ciudadanos, cada vez más difícil de controlar.
Fiarse de la vacuna es también muy peligroso, así que lo mejor que puede hacer Sáenz y su gobierno es dar el ejemplo y cumplir con la distancia de seguridad de dos metros como mínimo.
En la imagen se ve a la única ministra mujer (lo que da para escribir un rato) apretada entre el Gobernador y sus compañeros hombres (de piernas abiertas, algo que da para escribir otro rato más) con la única protección de la mascarilla, que habría que ver si todas las que usan cumplen con los requisitos mínimos.
Accidentado primer aniversario de gobierno para Sáenz a quien la pandemia no lo deja tranquilo ni para la foto.