Zottos vuelve a las repartijas oficiales y desayuna con Criollitas

  • Zottos mastica unas criollitas durante la entrega de unos módulos minúsculos que el gobierno de Urtubey contabiliza como 'vivienda'. El gesto marca el regreso de Zottos a los focos mediáticos del poder central salteño, de los que parecía apartado desde que asumió como senador provincial por el Departamento de San Martín.
  • Otra demagogia
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Desde que dejó el cargo de Vicegobernador de la Provincia de Salta, que desempeñó durante ocho años, Andrés Zottos se desenvolvió con cierta soltura como legislador raso, representante del Departamento de San Martín en la cámara alta de la Legislatura Provincial.

Pero por lo que se ha podido comprobar la semana pasada, el senador echa de menos las épocas en que lo llamaban a sacarse fotos cuando se ponía en marcha el aparato demagógico del Estado; es decir, en las «entregas» que cada tanto protagoniza el gobierno cuando el caldo se le pone espeso.

En su regreso a la arena mediática, a Zottos le ha tocado en suerte asistir a la entrega de unos cubículos (llamados pretenciosamente «viviendas» por el gobierno) cuya superficie es inferior a los 25 metros cuadrados y que, salvo por las características de su construcción, recuerdan mucho a los «hoteles cápsula» de Tokio.

Como se puede apreciar en la fotografía adjunta, de los «módulos entregados» carecen de ventanas y de mobiliario de cocina, de modo que a falta de elementos específicos nada mejor que colocar un toldo, como ha hecho esta gentil beneficiaria que, en agradecimiento, ha invitado al encanecido senador de origen chipriota a una merienda con mate cebado y Criollitas, muy propia de esta época del año.

En la foto se puede observar la forma tan religiosa con que Zottos devuelve el mate a su anfitriona, que recuerda mucho a esa parte del ofertorio en la que el celebrante manipula el cáliz en el que vierte la sangre de la alianza nueva y eterna.

Justamente de eso se trata, de una alianza nueva (o no tan nueva) y no tan eterna.

Zottos ha salido encantado de su visita a la infravivienda de la señora, prometiéndole que la próxima vez vendrá con un pollo asado debajo del brazo.