
El insignificante gesto ministerial, impropio de su rango, se concretó gracias al aporte de la cooperadora policial de la ciudad termal, cuyos miembros -dice la información oficial- colaboran constantemente con las dependencias policiales de la Unidad Regional Nº 3 de la Policía de Salta.
Los cooperadores policiales, en su infinita generosidad, no tuvieron problema en compartir el protagonismo con el ministro, que fue invitado más por razones de protocolo que por haber contribuido a adquirir los materiales entregados.
Este acto se llevó a cabo el fin de semana pasado y la entrega consistió en elementos de oficina, órdenes de compra de materiales de construcción y electrodomésticos, que serán destinados no a las comisarías ni destacamentos sino a los policías de la zona, con el fin de «mejorar la movilidad de los efectivos y optimizar las tareas de prevención e investigación del delito en esa zona de la provincia de Salta».
Es decir, que se trata de una mejora del servicio por carácter transitivo, ya que de lo que se trata es de equipar bien la casa del servidor público (por ejemplo, que tenga unas buenas chapas, y un buen secador de pelo) para que así los agentes puedan trabajar con más gusto en la persecución de los delincuentes.
Lo que provoca un poco de confusión y perplejidad es la provisión de material de oficina (las tan ansiadas biromes) que no tendrán mucho sentido si se quedan en la casa del policía y no son utilizadas en las comisarías.
Fuente: Gobierno de Salta