Señores del Tribunal Electoral de Salta: Los nombres ficticios también son nombres propios

El Tribunal Electoral de Salta no ahorra en papelones. Si antes las meteduras de pata eran jurídicas y electrónicas ahora son lingüísticas, como lo demuestra la última resolución, adoptada después de que los observadores de las elecciones del pasado 12 de abril informaran de forma negativa sobre las prácticas de voto.

Según esta resolución, a partir de ahora, las pantallas de las máquinas de práctica mostrarán «siluetas y nombres ficticios».

No está muy claro si las siluetas serán también ficticias. Lo seguro es que los nombres de los candidatos que aparezcan en las pantallas de prácticas serán imaginarios.

La resolución señala que, de esta forma (es decir con siluetas ficticias y nombres simulados) los ciudadanos podrán realizar las prácticas el día del comicio usando máquinas «que mostrarán siluetas y nombres ficticios en lugar de nombres propios» (sic).

Si la pantalla de práctica, en lugar de mostrar el nombre de Jorge Crespo (nombre real donde los haya) muestra el nombre imaginario de Juan Pérez, este último nombre es tan propio como el anterior, a pesar de su carácter ficticio.

Baste recordar que «nombre propio» es aquel que, sin tener rasgos semánticos inherentes, se aplica a seres animados o inanimados para designarlos.

A Juan Pérez se le podrá negar su existencia real, pero no su existencia imaginaria de ser animado. Juan y Pérez siguen siendo nombres propios y, por tanto, deben escribirse con la inicial mayúscula.

Si el Tribunal Electoral desconoce estas normas elementales de nuestra gramática es que ya podría irse sometiendo a una auditoría lingüística a cargo de los profesores de la Escuela Municipal de Box.