
Los resultados de las primarias de ayer muestran una distancia de 15,2 puntos porcentuales entre la fórmula Fernández-Kirchner (47,4) y Macri-Pichetto (32,2). Es decir, que si se mantuviera esta distancia en las elecciones de octubre, los primeros habrían ganado sin necesidad de una segunda votación.
Pero el caso es que la tercera fuerza en discordia -Lavagna-Urtubey- ha conseguido un porcentaje de votos del 8,3%, que si se sumaran a Macri conseguirían que el actual Presidente de la Nación acortara a solo 6,9 puntos la ventaja de fórmula ganadora.
Es decir que si Lavagna y Urtubey decidiesen retirar ahora mismo su candidatura, suponiendo que todos sus votantes decidieran oponerse al kirchnerismo y que la fórmula Fernández-Kirchner no alcanzara el 45% de los sufragios (dos condiciones extremas pero no imposibles), la distancia entre los dos primeros sería en cualquier caso inferior a los diez puntos porcentuales de los que habla el artículo 98 de la Constitución y, por tanto, la elección del próximo Presidente y Vicepresidente de la Nación se decidiría en una segunda vuelta.
Si, por el contrario, Lavagna y Urtubey deciden mantener su candidatura, la posibilidad de que Alberto Fernández y Cristina Kirchner resuelvan a su favor la elección en primera vuelta es mucho más alta.