Messi: De la cadera de Boateng a la sotana de Bruno Valdez

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Una jugada sublime de Lionel Messi culminó con el cuarto gol del equipo nacional, finalmente rematado a la red por Ángel Di María.

La jugada se inició lejos del área paraguaya, sobre el flanco derecho del ataque argentino. Messi, que se encontraba detrás de la línea que divide el terreno de juego, salió en busca de una pelota que, en condiciones normales, hubiera sido del centrocampista paraguayo Víctor Cáceres, que estaba mucho más cerca.

Pero el astro rosarino emprendió una veloz carrera y cuando Cáceres pensó que tenía situación controlada, Messi le rebañó la pelota con la uña del pie izquierdo y salió como un cohete hacia adelante.

En su carrera hacia la medialuna del área tuvo que sortear la embestida del zaguero Pablo Aguilar, que venía desde el costado. A pesar de los esfuerzos, el defensor no pudo detener la carrera de Messi ni con los brazos.

Sin intervalo de tiempo, Messi se topó con la dura salida de Bruno Valdez, que intentó cortar el avance arrojándose al suelo con los tapones hacia adelante.

La estrella del Barcelona solo movió una ceja y sin fintas ni alharacas de ninguna naturaleza deslizó el balón por entre las piernas de Valdez, que, desairadas, fueron a impactar contra la humanidad de un exhausto Pablo Aguilar. Un «caño pasivo», de impecable ejecución.

Ambos jugadores paraguayos terminaron enredados y cayeron al suelo torpemente, como Jerome Boateng en una recordada jugada de la semifinal de la Champions League.

Messi impasible, con la pelota limpia, sacó un pase de tiralíneas para Pastore que entraba por el borde izquierdo del área. El del Paris Saint-Germain efectuó un control algo defectuoso que le obligó a disparar prematuramente al arco, intentando superar la salida del arquero Justo Villar. El arquero tapó el remate, pero su rechace hacia el centro del área chica fue capturado por Ángel Di María que la mandó a la red con un toque suave del arco de su pie izquierdo.