
En frente, un rival atlético y duro en la marca, como el Ecuador de Alfaro, pero que no tuvo presencia en el área rival y cuyos embates fueron bien controlados por la defensa argentina.
El partido se disputó en la cancha de Boca Juniors, sin público.
El partido tuvo dos capítulos bien definidos: el primer tiempo, en el que la Selección Argentina buscó el juego corto y penetrante (con su rival intentando presionar muy arriba) y el segundo tiempo en que, con la sensación de los deberes hechos, el conjunto nacional cedió la iniciativa a su rival, que sin embargo no pudo encontrar la forma de llegar al área contraria.
A los 10 minutos del primer tiempo llegó la jugada clave del encuentro. Messi penetró por la derecha y puso un preciso pase para que Lucas Ocampos se internara con peligro en el área ecuatoriana. El potente jugador del Sevilla fue objeto de una falta probablemente inútil (Estopiñán lo arrolla cuando intentaba despejar casi en los límites de la cancha) y el árbitro del encuentro, Roberto Tobar, señaló penal a favor de la Selección Argentina.
La pena máxima fue ejecutada por el capitán argentino, que mandó la pelota al fondo del arco con un remate cruzado, a media altura. Fue el gol número 71 de Lionel Messi con el equipo nacional absoluto.
La Sección pudo aguantar el arreón ecuatoriano, gracias a la firmeza en la marca de Rodrigo de Paul y de Lucas Martínez Quarta. Messi colaboró en defensa, pero solo en el primer tiempo. En el segundo se movió con más libertad.
En el equipo argentino entraron posteriormente Eduardo Salvio, Lucas Alario, Juan Foyth y Nicolás Domínguez, en reemplazo de Marcos Acuña, Lucas Ocampos, Lautaro Martínez y Gonzalo Montiel.