
El número de personas acogidas al estatuto de refugiado, que se mantuvo relativamente estable entre 2007 y 2011, no ha parado de crecer desde este último año. En 2014 eran 59,5 millones de personas las que se hallaban en esta situación, cifra que contrasta con los 37,5 millones de 2005.
Según cifras de ACNUR para 2014, los países que más refugiados acogen en su territorio son Turquía (1.587.374), Pakistán (1.505.525) y el Líbano (1.154.040).
En el mismo año, en la Argentina solo habían 3.498 refugiados.
La cifra es notablemente inferior a la de países con los que la Argentina intenta compararse: Canadá tiene 149.163 refugiados, mientras que Australia tiene 35.582.
La «insolidaria» Europa sigue acogiendo una cifra muy importante de refugiados. A la cabeza marcha Francia (252.264), seguida por la Federación Rusa (235.750) y Alemania (216.973).
Otros países importantes son Suecia (142.207), el Reino Unido (117.161), Italia (93.715), Holanda (82.494), Austria (55.598), Noruega (47.043), Bélgica (29.179) o Dinamarca (17.785).
El ofrecimiento argentino para acoger a refugiados provenientes de Oriente Próximo es, sin dudas, muy positivo, pero intentar utilizar la generosidad del país para denostar a Europa como espacio receptor de refugiados es un claro error.
No solo porque Europa, en general y a despecho de la xenofobia de algunos partidos extremos, ha demostrado que la preocupación por los refugiados y desplazados constituyen una de sus señas de identidad, sino también porque la Argentina se encuentra muy por detrás de otros países latinoamericanos en esta materia.
Países pequeños como Ecuador, Costa Rica y Panamá, y grandes como Brasil, superan ampliamente a la Argentina en cuanto a la acogida de refugiados.
Fuente: ACNUR