
Esta vez ha ido incluso más lejos, al decir que su padre está practicando «una estrategia de tierra quemada» y que avanza hacia «su suicidio político».
Marine Le Pen ha anunciado que se opondrá a que su padre sea candidato del FN en las elecciones regionales de fin de año, pese a que él mismo se había autoproclamado ya cabeza de lista para Provence-Alpes-Côte d'Azur.
El jueves de la pasada semana, en declaraciones a la revista ultraderechista Rivarol, Le Pen padre repitió que el exterminio de judíos en cámaras de gas durante la II Guerra Mundial no fue sino «un detalle de la historia». «No soy un hombre que cambia de opinión», agregó Le Pen, de 86 años.
El padre de la líder del FN ha dicho además que Francia está gobernada actualmente por inmigrantes e hijos de inmigrantes, en referencia al primer ministro Manuel Valls, nacido en Barcelona y nacionalizado francés a los 20 años.
Tampoco los homosexuales se han salvado. El anciano filonazi ha cargado, para empezar, con los que militan en su propio partido, de quienes ha dicho: «Tienen el sentimiento de estar un poco al margen de la sociedad. Tienen tendencia a reagruparse, incluso si detestan unos a otros. Forman una comunidad».
Para su hija, líder indiscutible del FN, que hace esfuerzos ostensibles por moderar el discurso extremo de su partido, estos comentarios han supuesto el motivo definitivo para romper definitivamente con su padre. «Su posición de presidente de honor no le autoriza a tomar como rehén al FN, a provocaciones tan groseras cuyo objetivo parece consistir en molestarme, pero que conllevan un golpe muy duro a todo el movimiento, a sus cuadros, a sus candidatos, a sus militantes, a sus electores».
Marine Le Pen ha anunciado que, «con profunda tristeza», se ve obligada a convocar al comité ejecutivo del partido para tomar las decisiones adecuadas para proteger los intereses políticos del FN. Es decir, que no solo pretende que su padre no vuelva a ser candidato, sino que también intenta adoptar alguna medida disciplinaria. Desposeerle de la presidencia de honor es una opción, aunque los estatutos del partido prevén un complejo mecanismo al respecto.