
Las declaraciones de Gabriel a la radio pública Deutschlandfunk, efectuadas ayer, tienen como telón de fondo la caída del PIB alemán un 0,2% en el segundo trimestre del año.
Después de un prometedor comienzo de año, debido principalmente al tirón de la industria de la construcción, que se vio favorecida por un invierno inusualmente suave, las economía alemana comienza a experimentar dificultades.
Algunas de ellas obedecen a causas profundas, como las demográficas (es alarmante la caída del número de nacimientos), las puramente económicas, como la grave escasez de inversiones, o las políticas, como el impacto que tiene en Alemania el conflicto entre Ucrania y Rusia. Como sea, algunos economistas hablan ya de fracaso, de decadencia e, incluso, de colapso del país.
Para el ministro de Economía, la revisión a la baja del crecimiento del PIB alemán en 2014 obedece a dos razones: la primera, el lento crecimiento de la zona euro; la segunda, la crisis ucraniana.
Según Gabriel, la caída (ligera, por el momento) de la cotización del euro frente al dólar debería ser una buena noticia, pero los productos alemanes de alta gama son menos sensibles al efecto del cambio que los de países como Francia o Italia.
Sobre el efecto Ucrania, Gabriel advierte que las restricciones impuestas por Europa a Rusia como represalia por su actuación en Ucrania están castigando severamente a algunas empresas alemanas. Moscú siempre ha sido un socio privilegiado de Alemania, pero ahora las exportaciones alemanas a Moscú han sufrido una caída del 15% desde comienzos de este año. Conclusión: la desaceleración del comercio exterior alemán contribuyó negativamente al crecimiento.
Las declaraciones de Gabriel coinciden con la publicación del libro Die Deutschland illusion (Alemania, la ilusión), del economista alemán Marcel Fratzscher, quien recuerda que la renovada competitividad del país, la disminución del desempleo (con un importantísimo número de «mini-jobs») y la mejora de las cuentas públicas no deberían eclipsar sus debilidades fundamentales, como la falta de inversión o el colapso demográfico. El economista sostiene que la economía del país está en jaque, que su crecimiento desde el año 2000 es inferior a la media europea, que los salarios han aumentado más lentamente en el país y que la pobreza va en aumento.
Fuente: Le Figaro