Trump destituye a Tillerson como Secretario de Estado y nombra en su lugar al director de la CIA

  • Extraoficialmente se ha sabido que Trump ha tomado la decisión de sustituir al jefe de la diplomacia por sus discrepancias en torno al acuerdo nuclear con Irán.
  • Un despido fulminante
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El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido hoy cesar al Secretario de Estado Rex Tillerson y designar en su lugar a Mike Pompeo, quien hasta hoy se desempeña como director de la CIA.


La sustitución en el gabinete del presidente norteamericano se produce a los pocos días de iniciada la guerra tarifaria con Europa y China y de aceptar el mandatario reunirse cara a cara con el líder norcoreano, Kim Jong-un.

En medio del torbellino, Trump ha anunciado oficialmente que designará para dirigir la CIA a Gina Haspel, de quien ha destacado que es la primera mujer en ejercer tan alto cargo en la inteligencia americana.

Las designaciones aún no son firmes, pues tanto en el caso de Pompeo como en el de Haspel es necesario el acuerdo del Senado federal.

Según varios medios consultados, la decisión de cesar a Tillerson -uno de los últimos moderados del equipo de Trump- fue fulminante. Bastó un tuit del presidente para confirmarlo. El propio Departamento de Estado, en un insólito comunicado firmado por un alto cargo, ha hecho saber que "el secretario de Estado no había hablado con el presidente esa mañana y que desconocía el motivo" de la destitución. "El secretario tenía toda la intención de permanecer debido a los tangibles progresos hechos en materias críticas de seguridad nacional", afirma la nota firmada por el subsecretario Steve Goldstein, quien dos horas después de emitido el comunicado fue también despedido.

Extraoficialmente se ha sabido que Trump ha tomado la decisión de sustituir al jefe de la diplomacia por sus discrepancias en torno al acuerdo nuclear con Irán. «Pompeo y yo tenemos procesos de pensamiento similares», ha dicho hoy el presidente a los periodistas.

El despido de Tillerson reafirma que con Trump, el gabinete ha pasado a ser de los más convulsos de la historia de Estados Unidos (con una tasa de reemplazo del 43%) y ha dejado en evidencia una fractura que ya era bien conocida. Tillerson, antiguo patrón del gigante petrolero Exxon, chocó desde las primeras semanas con el mandatario. Reflexivo y acostumbrado a acuerdos a largo plazo, su gestión se vio pulverizada por el estilo Trump. Los intempestivos tuis del presidente y su afán por asumir en todo momento el mando diplomático ahondaron esta brecha.

El designado Pompeo es un viejo conocido del presidente. Antiguo congresista republicano, a ambos les une una ideología conservadora y unos modales francos incluso despiadados. Fiel defensor de la línea dura, Pompeo, que en su día recomendó a Tillerson, ha ido ganado peso en la Casa Blanca. Su claridad expositiva y su división del mundo en amigos y enemigos es muy apreciada por el presidente.

De él ha dicho Trump que «como director de la CIA, Mike se ha ganado el aprecio de los miembros de ambos partidos mejorando la recogida de inteligencia, modernizando nuestras fortalezas defensivas y ofensivas, y estrechando lazos con nuestros amigos y aliados en la comunidad internacional de inteligencia. He llegado a conocer a Mike muy bien en los últimos 14 meses y estoy seguro que es la persona adecuada para esta coyuntura crítica. […]. Él continuará nuestro programa de restauración de América (…) y buscando la desnuclearización de Corea del Norte».

Fuente: El País
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