
Antes y después de la celebración de la primera vuelta, los sondeos de opinión favorecen a Emmanuel Macron frente a Marine Le Pen. Si las encuestas mantienen en la segunda vuelta el mismo nivel de acierto que en la primera, el próximo domingo el candidato liberal debería imponerse a la ultraderechista 60 a 40%.
Pero si comparamos las actuales elecciones presidenciales francesas con las que se celebraron en 2002, en las que también participó el Frente Nacional, liderado entonces por Jean-Marie Le Pen, veremos que Macron ha ganado la primera vuelta con una diferencia de 2,7 puntos porcentuales sobre Le Pen (24% contra 21,3%), mientras que hace quince años, Jacques Chirac aventajó al padre de la actual candidata del FN por 3,02 puntos (19,88% contra 16,86%).
La diferencia de entonces es casi la misma que la diferencia de ahora (2,07 en 2017 frente al 3,02 en 2002).
Pero sucede que en la segunda vuelta de aquellas elecciones (5 de mayo de 2002) Chirac barrió a Le Pen por una diferencia de 64,42 puntos (82,21% contra 17,79%).
En aquel entonces casi todas las fuerzas políticas moderadas votaron en contra de Le Pen, que quedó arrinconado por el rechazo mayoritario y en clara evidencia.
Aunque el próximo domingo Emmanuel Macron logre vencer a Marine Le Pen, mucha gente espera que su triunfo sea tan contundente como el que obtuvo Jacques Chirac en 2002 contra el fundador del Frente Nacional.
Las encuestas más favorables a Macron dicen que vencerá a Le Pen por un margen de 28 puntos porcentuales (64% contra 36%). Lo que significa la mitad del margen que obtuvo Chirac en 2002. En juego están nada menos que 20 puntos (la distancia que separa las expectativas de Macron de los resultados efectivos de Chirac y el resultado efectivo de Le Pen padre con las expectativas de Le Pen hija).
Aunque la segunda vuelta de las presidenciales francesas no exige mayorías mínimas de ningún tipo, si Macron baja de los 20 puntos de diferencia con Le Pen, su liderazgo podría estar en entredicho para las próximas elecciones legislativas de junio.
Si, al contrario, ganara Le Pen las presidenciales, la situación sería inédita, pues Macron ya ha renunciado de antemano a presentarse a las legislativas si no consigue ser elegido presidente el próximo domingo.
Solo si Macron se acerca al porcentaje de Chirac, los electores franceses tendrán la sensación de que las cosas han vuelto a la normalidad y que el FN sigue siendo el partido marginal y antisistema de siempre; es decir, que la estrategia de «desdemonización» de la ultraderecha francesa no ha dado resultados.
Pero las cosas no están tan claras ahora como lo estuvieron hace quince años. Para empezar, porque Marine Le Pen, a diferencia de su padre, mantiene un discurso muy atractivo para ciertos sectores de la izquierda francesa a los que el programa europeísta y atlantista de Macron no parece convencer. Y porque Macron ya ha dicho que no cambiará su programa para eliminar, entre otras propuestas, la reforma del Derecho del Trabajo, como le había pedido Jean-Luc Mélenchon, el líder de Francia Insumisa.
Por otro lado, aunque Marine Le Pen, en una maniobra guiada por la astucia y el oportunismo, ha renunciado a la presidencia de su partido en medio de la actual campaña electoral, su padre, con 88 años, sigue subiéndose a las tribunas y pidiendo el voto para su hija (a la que hace poco tiempo calificó de «traidora»), si bien Le Pen padre insiste en que el programa de su hija es demasiado «suave». Hace no mucho, Jean-Marie Le Pen prometió «hacer una nueva hornada» (en clara referencia a la metodología nazi de exterminio masivo) para incluir al artista Patrick Bruel, judío francés nacido en Argelia.
Mañana por la noche, Macron y Le Pen -después de dedicarse mutuas descalificaciones en sus los últimos mítines celebrados en París- se verán las caras en el canal BFMTV en donde tendrá lugar el más importante de los debates entre los dos candidatos a ocupar el Elíseo. Tienen suerte de que ningún equipo francés haya llegado a las semifinales de la Champions League, pues el debate se producirá en el horario en que habitualmente se juegan los partidos de esta competencia.