
Merkel, ha rechazado con firmeza hoy jueves las llamadas a cuestionar la recepción de migrantes en el país después de dos ataques de los refugiados en los últimos días. El año pasado, más de un millón de solicitantes de asilo han llegado a Alemania.
"Yihadistas quieren socavar nuestra voluntad de acoger a las personas que lo necesitan. Nos oponemos firmemente", dijo la líder conservadora en una conferencia de prensa en Berlín, mientras que su política de asentamientos es criticada de nuevo en Alemania. Reafirmó su credo: "Vamos a llegar allí", puesto en marcha a finales del verano 2015, cuando Alemania abrió sus puertas a cientos de miles de refugiados que huyen de la guerra o la miseria.
"Estoy convencida de que, como ahora vamos a llegar a completar este evento histórico en estos tiempos de globalización", insistió. "Vamos a llegar allí y ya hemos logrado muchas, muchas cosas en los últimos meses", agregó.
Al mismo tiempo, anunció algunas medidas para facilitar la expulsión de los refugiados rechazados o por violar la ley, a identificar mejor la radicalización islamista entre los solicitantes de asilo y planteó la posibilidad de que el ejército alemán pueda intervenir por la seguridad interior en ataques severos, cosa que nunca se ha hecho antes.
Las palabras de Angela Merkel eran muy esperadas tras una semana oscura ha vivido Alemania. Tras los ataques en Baviera y reclamados por los yihadistas de la organización Estado Islámico fueron crecientes las críticas contra esta generosa política.
En un tren regional, un solicitante de asilos de 17 años atacó con un hacha los viajeros antes de ser matado por la policía. En Ansbach, el domingo por la noche, un refugiado sirio, desestimada su solicitud de asilo, se inmoló cerca de un festival de música, el primer ataque suicida en Alemania.