
La presidenta deberá dejar sus funciones y su despacho en el palacio de Planalto y será el vicepresidente Michel Temer quien asuma la jefatura del Estado.
Según fuentes cercanas al senado brasileño, en los próximos seis meses, los 81 senadores deberán decidir si Rousseff cometió crimen de responsabilidad hacia la república al alterar las cuentas públicas para equilibrar los balances presupuestarios de un año para otro a base de pedir dinero a grandes bancos públicos.
Está previsto que, tras este periodo de estudio, los senadores se convoquen a un pleno para votar la destitución o la permanencia de la presidenta. En esta ocasión no bastará la mayoría simple, sino la mayoría especial que prevé la Constitución federal.
La votación de hoy fue precedida de un debate larguísimo en el que los 81 senadores tuvieron derecho a hablar durante 15 minutos y la votación se desarrolló con más normalidad y estilo parlamentario que la realizada en la Cámara de Diputados.
Según diferentes fuentes, el vicepresidente Temer se reunió con quienes serán sus ministros, con la vista puesta en la economía y en las medidas de austeriodad que a su juicio son necesarias para enderezar el rumbo financiero del país.
Está previsto que el nuevo presidente dirija un mensaje al país a las tres de la tarde, hora de Brasilia, cuando se supone que Rousseff se habrá convertido en lo que la prensa denomina «presidenta espectral».
Fuente: Agencias