
(LUIS CARO FIGUEROA - PARÍS - 12.30 H) Ayer, día viernes 27 de noviembre, dos semanas después de los atentados más mortales de su historia, Francia ha rendido un homenaje «nacional y solemne» a las víctimas de los ataques del 13 de noviembre.
El acto más importante fue presidido por el jefe del Estado, François Hollande, y se realizó en los Invalides, con la presencia de miembros del gobierno, políticos de la oposición, personalidades, familiares de las víctimas y algunas personas que resultaron heridas en los atentados.
El momento más emocionante del acto fue cuando las cantantes Camelia Jordana, Nolwenn Leroy y Yael Naïm interpretaron la canción de Jacques Brel, Quand on n'a que l'lamour, que precedió a la mención del nombre de cada una de las víctimas mortales de los atentados.
Para implicar a todos los franceses en este homenaje, el presidente había llamado a la población a colgar una bandera tricolor (bleu, blanc, rouge) en sus ventanas y balcones. También se había pedido «hacer un selfie o una foto en bleu blanc rouge», publicarla en las redes sociales bajo el hashtag #FiersdelaFrance y colocarla como foto del perfil.
La propuesta de Hollande fue recibida con una notable división de opiniones en la sociedad francesa. Algunos no estaban de acuerdo con rendir a las víctimas un homenaje «de Estado». Otros cuestionaron que el homenaje fuese llevado a cabo por el mismo gobierno que, según ellos, no adoptó las medidas necesarias para evitar que los atentados se produjeran. Otros, en fin, pensaron que exhibir las banderas en ventanas y balcones no era una buena idea.
Lo cierto es que París no amaneció ayer embanderada como algunos esperaban. En un rápido recorrido visual por los distritos 8 y 17 pudimos comprobar que solo una de cada doscientas ventanas, aproximadamente, tenían una bandera tricolor. El día anterior ya era imposible conseguir una en los lugares habituales de venta.
Aquellos que quisieron unirse al homenaje pero que no disponían de una bandera, recurrieron a otras soluciones. No era cuestión de quedarse fuera, así que muchos optaron por el sistema «D», consiguiendo que su gesto llamase incluso más la atención y fuese más emotivo.
En las ventanas colocaron camisetas, ropa interior, toallas, globos, bolsas de plástico o cartones con los colores nacionales, como se puede apreciar en la fotografía que ilustra estas líneas.