El planeta enfrenta la amenaza de la escasez de fuentes de agua de aquí a 2030

La demanda mundial de agua se dispara y el 20% de las reservas subterráneas se encuentran sobreexplotadas. En un informe publicado el pasado viernes, las Naciones Unidas efectúan un llamamiento a cambiar de forma radical la utilización y la gestión de este recurso, para evitar una grave escasez hacia el año 2030.

«Si nada cambia, el planeta deberá hacer frente a un déficit global de un 40%, de aquí a 2030», dice un informe anual de las Naciones Unidas.

Aún así, existe «suficiente agua para satisfacer las crecientes necesidades del mundo, pero no sin cambiar radicalmente la forma en que el agua es utilizada, gestionada y compartida», dicen los autores de Agua para un mundo sostenible.

El informe pone énfasis en los vínculos complejos entre acceso al agua, desarrollo y gestión durable del recurso. La lucha contra la pobreza es acompañada de un aumento de la demanda de agua, que probablemente conduzca a una sobreexplotación de este recurso.

El ejemplo de la India ilustra esta difícil ecuación. En este país, el número de pozos mecanizados ha pasado de 1 millón a 19 millones entre 1960 y 2000. Si bien esta evolución ha permitido luchar contra la pobreza, el desarrollo de la irrigación también ha provocado «un estrés hídrico importante» en regiones como la Maharastra (al Sur) o el Rajastán (el Este).

En la planicie norte de China, el riego intensivo ha provocado un descenso de la napa freática de más de 40 metros, según la ONU.

Mientras esto sucede en la agricultura, otro tanto sucede en la industria, que sigue creciendo. Se espera que los consumidores de agua y la demanda mundial en este sector aumente un 400% entre 2000 y 2050.

El aumento de las necesidades obedece a factores como la elevación del nivel de vida y el crecimiento demográfico. La población mundial se incrementa anualmente en unos 80 millones de personas. Está previsto que en 2050 el mundo alcance la cifra de 9,1 mil millones de habitantes, de los cuales 2,4 estarán en el África subsahariana.

Con las necesidades en fuerte alza, el cambio climático alterará el régimen de precipitaciones, principalmente en detrimento de zonas ya carentes de agua, como la región mediterránea o el África subsahariana.

Otra de las consecuencias del calentamiento es aumento del nivel del mar, que afectan las reservas subterráneas de agua dulce en zonas costeras. Esto es ya una realidad en Calculta, Shangai o Dacca. «Lo mismo sucede en las islas Tuvalu y Samoa, cuyos habitantes dependen cada vez más del agua importada», alerta la ONU.

El momento de actuar

En este contexto, la actual gestión del agua es inadecuada, sostiene el informe publicado antes de la próxima celebración del Día Mundial del Agua, el 22 de marzo.

El riego intensivo, el vertido incontrolado de pesticidas y productos químicos y las aguas residuales no tratadas son señalados como problemas a resolver.

Regiones de China, India, los Estados Unidos y el Medio Oriente, presionan sobre las reservas subterráneas de manera no sostenible, ha explicado a AFP Richard Connor, uno de los autores del informe.

Los expertos recomiendan limitar el uso de centrales térmicas (que suponen el 80% de la producción eléctrica y demandan el uso de mucha agua) y subvencionar las energías solar y eólica.

También se recomienda subvencionar a los agricultores que eligen sistemas de riego eficientes, como se ha hecho en Chipre.

El documento también hace hincapié en que «cada dólar gastado para proteger una cuenca puede ahorrar hasta 200 dólares en costos de tratamiento de agua». Así sucede en Uganda, país en donde una inversión de 235.000 dólares para proteger un pantano permite a Kampala ahorrar dos millones por año en el tratamiento del agua.

Un mejor gobierno, capaz de desarrollar acciones más eficaces para reducir las pérdidas, es otro punto importante. Phnom Penh ha logrado reducir las pérdidas del 60% en 1998 al 6% en 2008.

Como parte de las nuevas metas de desarrollo sostenible, que deben ser ratificadas este año para 2030, todos estos aspectos del agua deben ser tenidos en cuenta, argumenta el informe, señalando al mismo tiempo que «a pesar de los considerables progresos en los últimos años, 748 millones de personas todavía no tienen acceso a una fuente de agua protegida de la contaminación».

Fuente: AFP