
El comunicado en cuestión dice que el área afectada por el desmonte es bosque nativo de la región chaqueña y «habitat del yaguareté», una especie protegida.
Greenpeace Argentina señala como «principal responsable» de la deforestación en la Argentina a la producción ganadera que se destina a la exportación. Dice que esta actividad económica pone en peligro «la supervivencia de los últimos veinte yaguaretés de la región chaqueña».
En una declaración no exenta de cierto tinte xenófobo y nacionalista, el coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace Argentina, Hernán Giardini, dice que “de esta manera, el famoso bife argentino llega a la mesa de los consumidores del mundo a costa de la destrucción de los bosques del Gran Chaco y de la extinción del yaguareté”.
La postura de Greenpeace parece así apuntar más contra la exportación que a favor de la conservación de los bosques y la protección del yaguareté. El comunicado de los ambientalistas dice que la compañía mercantil que está llevando a cabo los desmontes «exporta carne vacuna a Europa e Israel». Habría que preguntarse en consecuencia qué postura adoptarían los mismos ambientalistas si los desmontes se realizaran para producir carne destinada al mercado interno o a países «más simpáticos».
La comunicación de prensa, que no solamente menciona el nombre de la empresa presuntamente responsable de los desmontes sino el de sus propietarios, advierte que «de implementarse el acuerdo Mercosur-Unión Europea crecerá la demanda de carne vacuna argentina, aumentará la ganancia de los frigoríficos exportadores y habrá aún más presión sobre los bosques».
Añade el comunicado que la crisis climática y de biodiversidad a la que nos enfrentamos no puede esperar, de modo que Greenpeace Argentina exige a las empresas de la industria de la carne «que adopten una política de deforestación cero y la cumplan estrictamente. Destruir bosques es un crimen».
Cada año -dice Greenpeace- en la Argentina se destruyen 100.000 hectáreas de bosques por ganadería intensiva, más del doble que por agricultura.
Finalmente, la organización ambientalista hace referencia a un informe de producción propia en el que se describe cómo la destrucción y degradación de los bosques en la región del Gran Chaco impacta directamente en la desaparición del yaguareté. Y recuerda que hace unas pocas semanas Greenpeace Argentina inició un procedimiento en la Corte Suprema de Justicia argentina para reclamar por el reconocimiento de derechos de esta especie.