
El mandatario, sin hacer la más mínima referencia al contexto mundial, en el que se está produciendo un sostenido aumento de los impuestos del tabaco, con miras a desalentar su consumo, ha considerado que la baja fiscalidad -y, por ende, el mayor consumo- forman parte de un «horizonte de previsibilidad» que la Argentina está obligada a mantener, en auxilio de una actividad de «gran impacto» en la economía regional.
Urtubey realizó estas afirmaciones durante el discurso que pronunció en el acto de apertura del Segundo Foro Nacional Tabacalero, al que acudió en compañía de su hermano menor.
Para el Gobernador salteño, la actividad tabacalera «es una de las principales generadoras de mano de obra e incide sustancialmente en la actividad económica de las provincias productoras». Sin embargo, olvidó mencionar la bajísima calidad del empleo que genera y la nula protección social de más del 80% de los obreros rurales (y algo menos de los industriales) que se dedica a esta actividad de «gran impacto».
Tampoco hubo una sola línea dedicada a la salud o a las muertes que se producen actualmente como consecuencia directa del consumo del tabaco que Salta produce y vende. La preocupación de Urtubey estuvo centrada, según la información oficial del gobierno, en «la fuerte suba de la carga fiscal y de los precios al consumidor ocasionaron una profunda caída de ventas en el mercado interno».
En otro pasaje de su discurso, y reforzando el sesgo exclusivamente economicista de su enfoque, Urtubey reclamó que la Argentina demuestre “sustentabilidad” y que “el país garantice un horizonte razonable de previsibilidad para la actividad”.
El mandatario consideró «imprescindible» una legislación para garantizar un marco estable a la actividad tabacalera, pero indicó que “el período legislativo ordinario ha vencido” y planteó como objetivo para 2017 avanzar en normativas que den estabilidad, junto a los legisladores nacionales de Salta y otras provincias productoras.
Para Urtubey, las palabras sustentabilidad y estabilidad se traducen en una sola idea: la baja fiscalidad del tabaco. En la parte final de su discurso se comprometió a pedirle al gobierno nacional una solución urgente, en forma de ley, que garantice «la seguridad impositiva definitiva». Es decir, que la intervención del Estado coloque a la producción de tabaco fuera de los vaivenes económicos, convirtiéndola en una actividad inmune a las fluctuaciones de los mercados y las preferencias de los consumidores.
Fuente: Gobierno de Salta