
Durante meses, los responsables de la campaña de Urtubey se han devanado los sesos pensando de qué forma se puede hacer que Urtubey recorra el país sin que parezca que está desentendido de Salta y de los problemas de los salteños.
Como no han encontrado forma humana de que los viajes de Urtubey se puedan relacionar con la solución de problemas actuales y tangibles de Salta, han echado mano, sucesivamente, de dos recursos muy ingeniosos.
Primero fue la promoción turística de Salta, que hasta hace poco era responsabilidad del ministro o del secretario de Estado con competencias en la materia, pero que por una súbita mutación institucional, ha pasado a ser cosa del Gobernador de la Provincia. El principal atractivo turístico de la Provincia, ya no son los cerros, los trenes prodigiosos o los vinos finos, sino la atractiva figura de su esposa, una conocida actriz de telenovelas, a la que quien más quien menos quiere ver en persona representando lo que algunos dicen que es «el papel de su vida».
Pero el turismo no termina de despegar en Salta; al menos, no como el Gobernador quisiera, y desde luego, como sería de esperar con tanto despliegue cuasipublicitario en tierras extrañas.
Esta es la razón por la cual los diestros publicitarios que diseñan la campaña presidencial se han preguntado: «Che, ¿por qué no aprovechamos que Güemes es ahora héroe nacional y le hacemos homenajes en todo el país?».
El cálculo es acertadísimo, puesto que basta con disfrazar a Urtubey y a su esposa de gauchos, para que allá donde vayan parezcan descendientes directos de Güemes, para vergüenza de los verdaderos descendientes que lo miran por TV apretando -como María Poquendo- los dientes con gleem.
Anteayer fue en El Plumerillo, ayer en Posadas (la ciudad, no los militantes homónimos y homínidos). Güemes es tan grande y abarcador, que no habrá pueblo de la Argentina que no cuente con un sachabusto en su homenaje. Y Urtubey, que firma convenios para dar cursos de tres días, irá a inaugurarlos para que la gente lo vea a él y de paso se saque un selfie con su encantadora esposa.
Por si faltaran ideas
Juana Manuela Gorriti está underrated en el panorama literario nacional, dominado por una tal Victoria Ocampo, a quien la gente apenas si conoce por su perfil pequeñoburgués.Debería Urtubey pensar en empezar una campaña en Río Grande, Provincia de Tierra del Fuego, para reivindicar la figura de la insigne escritora salteña y precursora del feminismo, inaugurando bibliotecas en lugares remotos, con la presencia de la siempre bien ilustrada Primera Dama.